Producción
Jueves, 27 de Enero de 2022
La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) estimó que las pérdidas por los incendios forestales que afectan a buena parte del país ya ascienden hasta $ 3.500 millones por cada 1.000 hectáreas de bosques implantados y a $ 1.200 millones en el caso de bosques nativos.
“Solamente en 2020 se quemaron en la Argentina 1.100.000 hectáreas de bosques, por lo tanto la estimación de FAIMA de pérdidas por incendios forestales asciende a $ 3.850 billones. Es más de 3 veces la recaudación de la AFIP de diciembre 2021. Equivale a los recursos que el Gobierno Nacional coparticipó a las 24 jurisdicciones el año pasado”, señaló la entidad en un comunicado.
Para el coordinador del Departamento de Bosques Nativos, Daniel Loutaif, “este desastre ambiental es en parte consecuencia de políticas públicas erradas, que hace tiempo vienen desfinanciando la ley de bosques”.
Según FAIMA, Argentina cuenta con 1,3 millones de hectáreas de bosques implantados y 55 millones de bosques nativos.
En los últimos años, el Estado Nacional viene desfinanciando las leyes destinadas a proteger los Bosques. Tal es así que los fondos destinados en el Presupuesto 2022, que no se llegó a sancionar, para la Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, representa solo un 3% de lo que corresponde: apenas $ 22 por hectárea de bosque.
“Debe haber una política de estado que trascienda los distintos gobiernos. No podemos continuar desfinanciando las leyes que regulan tanto los bosques nativos como los bosques implantados”, explicó Loutaif.
De acuerdo al Global Forest Watch, solo en el último mes (24/12/2021 al 24/01/2022) se registraron 7.849 alertas de incendios en Argentina.
El 95% de los incendios forestales son producidos por intervenciones humanas, según el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). Esas intervenciones abarcan desde preparación de áreas de pastoreo con fuego hasta dejar fogatas o colillas de cigarrillo mal apagadas.
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“Indudablemente que en los incendios forestales además existe un componente climático que contribuye a su propagación, pero es insoslayable mencionar lo errado de las distintas políticas públicas en el manejo del fuego”, agregó Loutaif.
Y completó: “Las políticas reactivas propuestas por el Gobierno son escasas e ineficientes. Debemos sentarnos juntos, sector público y privado, a trabajar incansablemente en la prevención, donde seamos capaces de provocar un cambio cultural en la población para que todos cuidemos los bosques”.
Para poder mensurar las pérdidas que un incendio ocasiona, es necesario distinguir un incendio forestal de bosque implantado de uno en bosque nativo.
Bosque implantado. Tiene la particularidad de contar con una mayor cantidad de madera por hectárea (aproximadamente 350 metros cúbicos) en época de corte final; es decir, a los 15 años de plantado. Si cada metro cúbico rinde en aserradero aproximadamente 200 pies cuadrados a un valor de $ 50 cada uno significa que:
Bosque nativo. Son especies de crecimiento lento y de mucha menor densidad por hectárea. La cantidad de madera en diámetro de corte por hectárea de un bosque nativo en buenas condiciones puede llegar a 15 metros cúbicos.
El precio de un metro cúbico de Cedro es de $ 30.000, mientras que el precio de un metro cúbico de Lapacho es de $ 25.000. Si cada metro cúbcio rinde en aserradero aproximadamente 200 pies cuadrados a un valor de $ 400 cada uno, significa que:
“Estos datos son estimados y varían de acuerdo a la calidad y diámetro de la madera. Por otro lado, se sufren daños más difíciles de cuantificar, entre ellos: Biodiversidad, Servicios Ecosistémicos, Escorrentía del suelo, GEI, Impactos Ecológicos”, añade el reporte.
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