Producción
Miercoles, 04 de Octubre de 2023
A menudo a la hora de comenzar a plantar las hortalizas en la huerta, las semillas vienen con una advertencia que indica que es mejor realizar la germinación en un semillero, en vez de directamente colocarlas en el lugar definitivo del huerto.
Un semillero, también conocido como almácigo/a, es un recipiente de tamaño pequeño acondicionado especialmente para colocar las semillas con la finalidad de producir su germinación en las mejores condiciones y cuidados, a objeto de que pueda crecer sin dificultad hasta que la planta esté lista para el trasplante.
Existen varias razones de porqué realizar un semillero, aunque este procedimiento no es valido para todos los cultivos. Las plantas “de raíz” como pueden ser el caso de la zanahoria, rábano, nabo, ajo, entre otras, no son aptas para semillero y se plantan por el método de siembre directa para evitar malformaciones en su raíz y en su desarrollo. Sin embargo las plantas que requieren ciertos controles de temperatura y humedad, son ideales.
Comprar un semillero es muy sencillo y en la mayoría de las tiendas de jardinería se puede adquirir. Sin embargo, desde Infocampo aconsejamos usar alguno de los muchos materiales reciclados que se tienen en los hogares. De esta forma, además de ahorrar dinero, podremos reducir la huella ecológica. Estas son algunas de las ideas para hacer un semillero con material reciclado que te proponemos.
Sirve prácticamente cualquier contenedor pequeño, de al menos unos 5 o 6 centímetros de profundidad. Debe ser relativamente impermeable, al cual luego le haremos agujeros para el drenaje del agua. Pueden ser contenedores individuales en el que ubiquemos una sola semilla, o bien, pueden ser de mayor tamaño en el que pongamos varias semillas por hileras.
Uno de los recipientes más sencillos de conseguir y a la vez más prácticos, son las hueveras. Se trata del recipiente que mantiene los huevos en un espacio reducido que impide su movilidad y así evitar que se rompan. A veces se elaboran con almohadillas de espuma (poliestireno), otras se presenta con cartón ondulado.
Las hueveras resultan una gran opción para hacer un semillero por su ligereza y facilidad de transporte y, además, realizar los agujeros de drenaje en la base resulta muy sencillo.
Otro semillero clásico reciclado es el que se hace con vasos de yogur. Tienen el tamaño ideal para sembrar de forma individual, por lo que podemos controlar así cada semilla por separado. Además, hacerles los agujeros también es muy fácil.
Las botellas de plástico, los envases tetrabrik son también opciones muy válidas. En el caso de las botellas lo ideal es cortar sus bases, o bien abrirlas por la mitad longitudinalmente, mientras que con los tetrabrik resulta mejor abrir por completo una de sus caras o lados.
Las cáscaras de huevo son una excelente opción, aparte de permitir que se planten en tierra directamente, ya que resultan un abono natural. A los huevos se los debe abrir por la parte de arriba, enjuagarlos bien y dejar secar. Con ayuda de un punzón o aguja gruesa, realizar los agujeros de drenaje, este es un paso muy delicado.
La ultima opción que te brindamos, pero no significa que no puedas idear alguna nueva, es la de reutilizar los rollos o tubos de cartón, ya sea de cocina o baño. Se cortan los rollos a 2 centímetros de altura, en uno de los extremos. Luego se doblan los fragmentos de papel hacia dentro, para finalmente obtener una maceta pequeña.
El proceso de siembra en un semillero es igual que en cualquier otro caso, pero sí es importante preparar un sustrato para la germinación. Recomendamos realizar una mezcla con una parte de turba, otra de fibra de coco y otra de humus de lombriz, a la que luego añadiremos un poco de perlita y vermiculita. Estas proporciones resultan en un sustrato extraordinariamente rico en nutrientes, y a la vez muy ligero, suelto y aireado, con un excelente drenaje.
Cría de lombrices para obtener humus, el abono por excelencia