Producción
Jueves, 04 de Enero de 2024
Ya establecido en Argentina, El Niño se quedará al menos hasta que inicie el otoño y ayudará a que el régimen de lluvias continúe mejorando, lo que significa un importante impulso para la producción agropecuaria nacional.
Tal hipótesis se desprende del último pronóstico climático trimestral difundido por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) con las condiciones de precipitaciones y temperaturas previstas para el primer trimestre del nuevo año.
En el caso de los aportes hídricos, el mapa muestra en verde, lo que significa en general lluvias superiores a lo normal, a la mayoría de las zonas agropecuarias más importantes del país, como son la región pampeana, el norte y el nordeste argentinos.
Con una previsión no tan favorable, pero también en línea con lo que suele suceder en años “Niño”, está toda la franja de norte a sur que colinda con la Cordillera de los Andes.
En concreto, las proyecciones del SMN para las diferentes regiones del país, en materia de mayor probabilidad de ocurrencia de precipitación, son las siguientes:
En tanto, el SMN agregó que “no se descarta la ocurrencia de eventos de precipitación localmente más intensa que lo normal, especialmente hacia el centro-este, norte y noreste del país”.
Por eso, recomendó mantenerse con los pronósticos en la escala diaria y semanal, que pueden consultarse en https://www.smn.gob.ar/clima/perspectiva
En este marco, un aspecto importante a tener en cuenta es que también sugiere una buena noticia para el campo que las perspectivas de temperaturas no son demasiado altas.
Cabe recordar al respecto que, durante la última campaña, no solo la sequía destruyó los cultivos, sino también las frecuentes olas de calor ocurridas durante el verano.
Además de la sequía, la temporada 2022/23 es récord en olas de calor
En este sentido, la perspectiva del SMN en cuanto a la mayor probabilidad de ocurrencia de temperatura media, es la siguiente:
“No se descarta que hacia el extremo norte, noroeste y centro-oeste del país pueda observarse una mayor frecuencia de temperaturas máximas extremadamente altas pudiendo favorecer eventualmente la ocurrencia de olas de calor”, completó el SMN.