Producción
Miercoles, 04 de Octubre de 2023
La primavera se afianza y con ella llegan los mejores colores a la huerta en casa. El mes de octubre es ideal para darle rienda suelta a los nuevos desafíos, ya que el frío comienza a quedar a un lado y las heladas son menos frecuentes.
Ocurre que durante los primeros días de la primavera el clima ya es mucho más óptimo para realizar el armado de la huerta y planificar la siembra para la temporada cálida.
Las lluvias comienzan de a poco a ser más frecuentes, la disponibilidad de humedad en algunos casos nos permitirá contar con un suelo más bondadoso para sembrar, ver crecer y mantener las hortalizas y los frutos que vayamos a producir durante el mes.
Huerta de verano: claves para planificarla desde el invierno
Si bien lo ideal es contar con un calendario de siembra para obtener una orientación que sirva de soporte, son muchas las verduras y hortalizas que se pueden cultivar en octubre, aprovechando lo positivo de las condiciones climáticas.
En Argentina, durante el mes de octubre pueden sembrarse variedad y calidad de alimentos en la huerta de casa. Sólo es necesario espacio, ganas y tiempo para emprender un sitio soñado.
Entre los cultivos que se pueden implantar, se presenta la acelga, berenjena, poroto chaucha, zapallitos, pepino, zapallo grande, calabaza y anquito.
También se puede hacer lechuga, perejil, apio, rabanito, remolacha, achicoria, rúcula, zanahorias, albahaca, tomate, pimientos, melón y choclo.
Esta lista puede ser ampliada de acuerdo a la región en la que se trate, puesto que la primavera recibe con agrado muchas más verduras y hortalizas que pueden ser cultivadas en casa.
Uno de los aspectos fundamentales de la huerta en octubre, que se traslada al resto de la primavera y verano, es mantener un esquema de riego contaste pero sin encharcamientos.
Debido a las temperaturas cálidas y a la lluvia, es más que probable que los hongos hagan su aparición en los cultivos implantados.
Se dan las condiciones idóneas para que estos molestos visitantes proliferen y comprometan, incluso, la vida de las plantas.
Por ello es importante evitar que aparezcan, tanto como atajarlos, controlando el riego y utilizando tratamientos ecológicos preventivos.
Por otro lado, también las malas hierbas aprovecharán estos factores climatológicos para crecer y proliferar en el huerto. Conviene eliminarlas de raíz para evitar que perjudiquen a las hortalizas y verduras.