Producción
Domingo, 21 de Abril de 2024
En un contexto en que la baja de los precios internacionales y la chicharrita del maíz vienen provocando una pérdida millonaria en los ingresos por exportaciones del agro, la soja se posiciona nuevamente como el salvavidas de una economía que hace años la tiene como su principal fuente de divisas.
Al menos eso puede leerse en el informe mensual de la Dirección de Estimaciones Agrícolas de la Secretaría de Bioeconomía, donde el Gobierno dio a conocer su primera proyección de cosecha 2023/24 para la oleaginosa.
La expectativa oficial es una producción de 49,7 millones de toneladas, que significa un incremento del 98,8% o casi el doble de las 25 millones de toneladas que salieron de los campos el año pasado, en lo que vale recordar fue la peor campaña en más de 20 años.
De cumplirse, se tratará de la mejor cifra desde el ciclo 2018/19, cuando se superaron las 55 millones de toneladas. ¿El récord? Fue hace una década, en la temporada 2014/15, con 61,4 millones de toneladas.
Lógicamente, una mayor cosecha implicará también un repunte en algunos indicadores clave, como el nivel de industrialización y de exportaciones.
Sumando un stock remanente de la campaña anterior de casi 6 millones de toneladas, la proyección oficial es que las importaciones temporarias –que en 2023 fueron récord- bajarán de 10 millones a solo 4 millones de toneladas, y que la industrialización de la oleaginosa se incrementará un 16%, de 38,5 millones de toneladas a 45 millones.
En tanto, las exportaciones de poroto se multiplicarían casi por cuatro, al pasar de solo 2 millones de toneladas a 7,5 millones.
Por otro lado, el informe de Bioeconomía traza un panorama sobre cómo está la cosecha de soja en este momento, según el siguiente resumen: