Producción
Martes, 19 de Septiembre de 2023
Entre las múltiples plantas que suelen ser asociadas más a malezas pero que pueden ofrecer importantes beneficios como los cultivos, se destaca la ortiga.
Se trata de una especie originaria de Europa, naturalizada en América Central y América del Sur hasta Tierra del Fuego.
Es frecuente como maleza en potreros fértiles tanto de cultivos anuales como de pasturas, y suele aparecer como planta rústica y maleza molesta en huertas y jardines.
Históricamente es utilizada por sus múltiples bondades tanto en la cocina como en la medicina, por ser suculenta al paladar, altamente nutritiva y con beneficios para el área farmacológica y de las ciencias de la salud.
A nivel mundial se la conoce como la “planta de los ciegos”, por ser de fácil reconocimiento táctil y con el nombre de “malas hierbas”, por sus propiedades distinguidas. Gracias a sus características y a los beneficios que aporta, es un producto muy solicitado.
La ortiga pertenece a la familia de las Urtica, y suelen ser arbustos que no alcanza una altura mayor a los 60 centímetros.
Con su uso a través del tiempo se descubrieron nuevas propiedades, y como consecuencia, la lista de beneficios se incrementó con el pasar de los años, y ya es reconocida a nivel mundial por su aporte a la medicina.
La ortiga también es una planta usada en la huerta. Los residuos orgánicos de ortiga son conocidos por repeler plagas y curar a nuestras plantas. Aunque no se suele cultivar en la zonas donde se da naturalmente sí que se hace en otras.
Los nutrientes que aporta son:
En tanto, también suma otras propiedades benéficas:
Además, la ortiga es una planta que produce saciedad para quien la consuma, de manera que contribuye a evitar la ansiedad, la cual es la primera causa de los problemas de obesidad en el mundo.
Por eso, tomar un té de de ortiga unos minutos antes de las comidas, es una estupenda forma de mejorar su salud para quienes buscan luchar contra su sobrepeso.
En general, esta planta medicinal es aprovechada casi en su totalidad, debido a que cada parte cumple una función de las antes mencionadas en particular.
Se puede tomar silvestre o que haya cumplido un proceso de secado previo, este último, es especial para la elaboración de té e infusiones.
Asimismo, las hojas se pueden incluir en los platos favoritos, pero mayormente se utiliza en la cocina para las ensaladas.
En este contexto, cuando se dice que hay un aprovechamiento completo de ello, es porque realmente es así, se utiliza todo, hojas, tallo, hasta las raíces, para elaborar sopas, infusiones, aceites, cremas: es decir, un sin número de utilidades.
Por ejemplo, en el caso del té de ortiga, se puede hacer tanto con hojas tanto secas como frescas. La forma es incluir una cucharadita de estas hojas en una proporción de una taza de agua, más o menos unos 200 mililitros, que no haya llegado a hervir y dejamos infusionar de cinco a 10 minutos. Se suele recomendar una dosis de dos tazas al día antes de la comida.
A la hora de consumir la ortiga, de todos modos, hay que tomar también recaudos, porque existen contraindicaciones en el caso de personas que puedan tener alguna patología que se complique por esta planta.
Esto depende directamente de las patologías que tenga una persona, dado que su composición química extensa y exponencial lo hace beneficioso para algunos pero perjudiciales para otros.
Es por ello que, antes de ser consumida, hay que poner todas las opciones médicas en consideración y ver así, si es factible o no consumirla para su salud.
En concreto, para consumir ortiga, la persona no debe padecer:
Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, es momento de cultivar o probar la ortiga y ver qué resultados da.