El discurso en el que el presidente de la Nación, Alberto Fernández, expuso las primeras ideas de “la guerra contra la inflación”, entre ellas la decisión de crear un Fondo Estabilizador del trigo, genera preocupación en el sector de los pequeños molinos harineros.

Así se lo hicieron saber al Gobierno en una carta, enviada antes de los anuncios, en el que advirtieron obre los daños que pueden provocar las políticas intervencionistas.

Concretamente, el escrito fue enviado por la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias Molineras de la República Argentina (Apymimra), una asociación que está integrada por más de 30 molinos harineros que representan un 33% de las pymes del sector, radicadas en Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y Santa Fe.

Temores

El presidente de los molinos pymes, Oscar Marino, advirtió: “No somos los formadores de precio y estas políticas nos ponen en riesgo”.

A continuación, extractos de la carta que desde Apymimra enviaron a Alberto Fernández.

• En los pueblos y ciudades del interior, en muchos casos, somos los principales motores de las economías regionales, muchos de nuestras empresas son centenarias.


• La distorsión de los mercados desalienta la siembra y resulta contraproducente tanto en la producción de granos como en su exportación.


• Debemos desarrollar nuestros productos con estructuras de costos dolarizadas. Históricamente el precio de la harina acompaña la evolución del precio del trigo y la incidencia de este es aproximadamente del 80% del costo total.


• Diversos estudios han mostrado que la incidencia de materias primas como el trigo, en el precio final de alimentos es baja.


• Está claramente demostrado que la harina representa entre el 15% y 20% del costo del pan (Fuente: Fundación FADA). Lo que nos permite presumir que la saturación a nuestro sector productivo tampoco redundará en una contención real del precio final del pan.

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Por otra parte, los pequeños molineros enviaron propuestas novedosas como parte de la carta.

“Las nuevas tecnologías permiten aplicar políticas de contención o subsidios direccionado a los sectores más vulnerables, a través de las tarjetas electrónicas y otros medios, que ya fueron aplicados con éxitos en otras políticas públicas (tarjeta alimentar). Ello redundaría en un programa de esfuerzos sociales y sectoriales más justo, equitativo, efectivo y pragmático”, sostienen de APYMIMRA.

Asimismos, agegaron que esta medida podría ser instrumentada por el Gobierno inyectando los fondos directamente en las tarjetas alimentarias existentes para la población más vulnerable (o en alguna nueva específica que se cree a tal fin), contando para ello con un razonable esfuerzo del sector productivo.

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