Producción
Sabado, 21 de Octubre de 2023
Muchas veces escuchamos debates acalorados sobre si las plantas transgénicas son realmente necesarias, si no lo son, hay quienes las consideran organismos “artificiales” que violan las leyes de la naturaleza e infinidad de opiniones.
Las plantas transgénicas son organismos con inserciones de genes de otro ser vivo. Es decir, en el ADN de la planta se incorporó material genético proveniente de otro individuo.
A nivel mundial, los daños producidos por malezas destruyen casi el 10% de los cultivos, y para evitarlo los agricultores utilizan herbicidas, con el consiguiente gasto económico y contaminación de aguas y suelos en casos de malas prácticas agrícolas.
El generar plantas resistentes a estos compuestos mejora esta situación, y para lograrlo se transfieren vectores que transportan genes de resistencia a herbicidas. Un ejemplo es la soja resistente al glifosato que fue el primer cultivo transgénico con impacto agronómico, utilizado por primera vez en Estados Unidos en 1995.
Aquí es donde comienza el trabajo de un mejorador vegetal, quien busca reunir una particular combinación de genes en individuos de una especie con la finalidad de lograr un cultivo de mayor calidad y/o productividad.
Podría por ejemplo, someter a todos los individuos que utilicé a altas dosis del herbicida. Las que sean resistentes sobrevivirán y serán los elegidos para mejorar continuar el mejoramiento.
Existen muchos métodos probados y exitosos de transferencia de genes a plantas, pero por una cuestión de practicidad sólo los dos más usados serán mencionados.
Antes cabe resaltar que, el transgen puede ir acompañado de otro “gen de selección” (por ejemplo, resistencia a un antibiótico) que permitirá saber cuál planta adoptó el gen al ser expuesta a una dosis letal del antibiótico.
La bacteria, agrobacterium tumefaciens, causa una enfermedad llamada agalla de corona, que se caracteriza por la presencia tumores o agallas en las plantas. Ésta zona afectada se convierte en la zona más expuesta a infecciones por bacterias del suelo.
El mecanismo de generación del tumor está controlado por genes codificados en un plasmido, el plasmido ti, que contiene la bacteria.
Cuando la bacteria infecta la planta, una parte del plasmido bacteriano ingresa a la celula vegetal y se inserta en el ADN de la planta. Mientras la otra parte la molécula es la encargada de la transferencia del mismo a la celula vegetal.
En resumen el plasmido ti contiene:
Ante la evidente ventaja de usar la bacteria como mecanismo de transporte de un gen a la celula de la planta, se utiliza la misma como método de inserción. Entonces antes de la infección se elimina la parte inductora de tumores del ADN-t y, entonces el transgen es insertado en el ADN-t que lo lleva a la planta. También se incorpora el previamente mencionado “gen de selección”.
A partir de entonces se selecciona la planta que haya adquirido en su ADN el gen de interés mediante distintos procesos de selección y luego es dejada en “regeneración” para posteriormente ser utilizada.
Otra técnica, aunque más costosa es la que utiliza el cañon génico. Éste aparato dispara proyectiles con ADN del gen que se desea incorporar contra el tejido de la planta.
El proyectil está compuesto de una membrana transportadora (macroproyectil) y una alícuota de macropartículas de oro o tungsteno (microproyectil), recubiertas del ADN que se desea transferir.
Se bombardea el tejido seleccionado y luego se realiza el proceso de regeneración.